Aquellos que aun después de ser escritos, siguen escribiéndose en cada lector. Como La tregua, y otros tantos que no me atrevo a releer por miedo a que ya no sean lo que tengo imaginado.
Cuento de Galeano para irse a dormir:
Dicen las paredes
A la salida de Santiago de Cuba: "Cómo gasto paredes recordándote".
No hay comentarios:
Publicar un comentario