Escena primera.

Bebimos hasta deshacernos. Faltaba cada vez más tiempo hasta mañana. El mundo se detenía y sin embargo sabíamos que íbamos a morir temprano, nada más salir el sol.

Entonces dijiste: “No dejemos que llegue un nuevo día”.

Y como no podíamos parar el tiempo decidimos vendarnos los ojos con lazos de colores. Pero el sol nos pilló de frente, aunque no fuéramos capaces de verlo.

Lo que sucedió entre los dos se murió con la mañana, como se pudrieron las cien cervezas que adornaban el salón.

Libros inacabables.

Aquellos que aun después de ser escritos, siguen escribiéndose en cada lector. Como La tregua, y otros tantos que no me atrevo a releer por miedo a que ya no sean lo que tengo imaginado.

Cuento de Galeano para irse a dormir:


Dicen las paredes

A la salida de Santiago de Cuba: "Cómo gasto paredes recordándote".

Recuerda que no son gigantes, tan solo son molinos.

                       Esta soy yo. Siempre. No miro a la cámara nunca. Casi nunca. No.

Estreno

Bien bien bien, hoy puedo decir que inauguro este blog de forma oficial. Poesía del vacío, eso es. Desde la nada escribo y en la nada me siento siempre. También encuentro nada cuando me miro adentro y no encuentro a nadie. También. Estoy vacía por dentro y por fuera. Solo consigo llenarme de versos, a veces, cuando leo a otros. Pero me vacío otra vez después, cuando escribo y escupo aquellos versos que leí, pero ya masticados y convertidos en una masa informe que ha destrozado las fuentes de las que bebió. Eso soy tal vez. Destrozadora de versos ajenos. Ajá. Más vale destrozar que pasar inadvertido. Puede.

En fin, fuera hace calor y no llueve. Y esto es Santiago señores, que es lo mismo que decir que es eso que sale de fondo del blog. No llueve no llueve y aquí ya nos ahogamos. Se ve que nos han maldecido. Eso me gusta. Como a Baudelaire. Malditos, malditos sin lluvia y con poesía.

Tengo una cámara azul brillante cuyas fotos guardo en un álbum que no brilla que se llama "Pedacitos de cámara dos". Subiré alguna imagen de vez en cuando.

En fin, con esta primera entrada queda inaugurado el blog donde iré escupiendo versos.

Dicho queda.